Si te gusta el Dakar y eres aficionado a las motos clásicas, este post te interesa. Nos ocupamos de las motos que ganaron el raid más duro del mundo en su época africana, desde la pionera Yamaha XT500 hasta la KTM LC4 660 R. ¡Toma nota!
Hablar del Dakar es hacerlo del raid más duro del planeta, de una carrera épica con más de 40 años de historia. En esta ocasión, en el blog de AMV hemos querido recordar la primera parte del Dakar, la que transcurrió en el continente africano. Para ello, hemos seleccionado 10 motos clásicas del Dakar que ganaron la prueba en su día. Si tienes espíritu aventurero, ¡sigue leyendo!
Índice
En 1977, el malogrado Thierry Sabine se perdió en el desierto de Libia durante el rally Abiyán-Niza a los mandos de una Yamaha XT500. En aquella competición, el francés comenzó a idear lo que más tarde se convertiría en el Dakar. Una aventura que definió como “un desafío para aquellos que parten y un sueño para quienes se quedan”.
Aquel anhelo se cumplió en 1979. La primera edición del Dakar fue ganada por Cyril Neveu con una Yamaha XT500, una moto que vio la luz en 1976 y que se caracterizaba por su sencillez mecánica y un chasis robusto y ligero capaz de absorber todo tipo de vibraciones. El galo repitió triunfo en 1980 a los mandos de la reina de África.
Otra de las motos clásicas del Dakar. Desarrollada para BMW por el ingeniero Rüdiger Gutsche, sus siglas G/S, correspondientes a los términos alemanes Gelände (todoterreno) y Straße (calle), anunciaban un modelo realmente polivalente que en sus orígenes rendía una potencia de 50 CV y alcanzaba una velocidad de 167 km/h.
Aunque participó en las dos primeras ediciones del Dakar, BMW no logró imponerse hasta 1981. Aquel año, la firma germana obtuvo la victoria con el piloto Hubert Auriol y una R 80 G/S preparada por los especialistas de HPN Motorradtechnik. A estos triunfos, la marca de la hélice sumó otros tres más: 1983, 1984 y 1985.
Tras las victorias de Yamaha y BMW, era cuestión de tiempo que Honda también grabase su nombre en el libro de oro del Dakar. Tan soñado triunfo se produjo en 1982, año en el que desarrolló una moto de 550 cc capaz de entregar 45 CV. Y con nuevo chasis, embrague reforzado, depósito de 42 litros, suspensión progresiva…
Toda una máquina diseñada para demostrar su potencial en el desierto y de la que supieron sacar partido Cyril Neveu y su compañero Philippe Vassard, primero y segundo a la conclusión del raid. En los años siguientes, la monocilíndrica de Honda no pudo repetir resultado e igualarse a las más enérgicas bicilíndricas de la competencia.
Afortunadamente, la firma del ala dorada pudo volver a la senda del éxito con otra de las motos clásicas del Dakar: la Honda NXR750V. Se trataba de una dakariana completamente nueva, caracterizada por su finura y manejabilidad, dotada de un propulsor bicilíndrico que otorgaba 70 CV y un enorme depósito de 57 litros.
Aquella poderosa máquina y su evolución (NXR800V) le dieron al fabricante japonés cuatro victorias consecutivas gracias al buen hacer de los pilotos Cyril Neveu (1986 y 1987), Edi Orioli (1988) y Gilles Lalay (1989). Tendrían que pasar más de 30 años hasta que Honda ganase el Dakar 2020 con el estadounidense Ricky Brabec.
El relevo de Honda lo tomó Cagiva. La firma de la familia Castiglioni adquirió Ducati en 1985 y ello le facilitó desarrollar modelos de alta cilindrada. En el caso de la trail Elefant, cuyo nombre era toda una declaración de intenciones, se lanzó al mercado con un motor de 750 cc. Y, posteriormente, con un propulsor de 904 cc y 68 CV.
En 1990, el italiano Edi Orioli exprimió la enérgica mecánica de la Cagiva y finalizó el Dakar por delante del español Carlos Mas (Yamaha). Pero aquella no sería la única gesta del fabricante transalpino. La Elefant 900 volvió a demostrar su potencial en 1994, año en el que Orioli aventajó en la general a su compañero Jordi Arcarons.
Entre ambos triunfos, Yamaha regresó a la cima con una de las motos clásicas del Dakar más emblemáticas: la YZE750T. Con ello no queremos decir que las anteriores ganadoras no lo fuesen… Pero esta Yamaha es muy especial, pues le dio a Stéphane Peterhansel la primera de sus seis victorias absolutas en la categoría de motos.
En la consagración de Peterhansel tuvo mucho que ver la YZE750T, una versión mejorada del modelo de serie de 1990. Especialmente, el motor bicilíndrico de 75 CV ofrecía una mejor respuesta a bajas y medias revoluciones. En 1991, Monsieur Dakar estuvo acompañado en el podio por sus compañeros Gilles Lalay y Thierry Magnaldi.
Un año después, la marca japonesa apostó por la nueva YZE850T. Aquella evolución de la moto de 1991, preparada por Yamaha Motor France en colaboración con la casa matriz, le permitió a Peterhansel anotarse las victorias en 1992 y 1993. Para muchos expertos, la YZE850T es una de las motos de rally-raid más icónicas de la historia.
En 1994, Yamaha decidió no competir en el Dakar al no estar de acuerdo con el reglamento, que solo permitía la inscripción de motos derivadas de serie. Pero volvió a participar en 1995 con la XTZ850R y obtuvo cuatro triunfos consecutivos, tres con Peterhansel y uno con Edi Orioli. ¡Vaya regreso!
Y de frenar la racha de Yamaha se encargó BMW con otra de las motos clásicas del Dakar: la monocilíndrica F 650 RR. Con aquel modelo, Richard Sainct se adjudicó la victoria en 1999 y 2000. En esta última edición, la marca alemana copó las primeras cuatro posiciones y consiguió un meritorio tercer puesto con la nueva R 900 RR bóxer.
En 2001, el fabricante germano no ganó el Dakar, pero Andrea Mayer fue la mejor piloto de motos al manillar de una F 650 RR impulsada por un propulsor de 700 cc y 75 CV. A partir de aquel año, BMW Motorrad se tomó un respiro en el panorama off road y se implicó en proyectos como la BMW BoxerCup de circuitos.
Lógicamente, en nuestro repaso a las motos clásicas del Dakar no podía faltar KTM. La firma de Mattighofen presentó sus credenciales en 1994 y desde 1996 coqueteó con los puestos de honor. Sin embargo, la victoria se resistía y no fue hasta 2001, con la LC4 660 R y Fabrizio Meoni, cuando materializó su objetivo.
La monocilíndrica KTM LC4 660 R cosechó cinco triunfos entre 2001 y 2006. Uno de ellos pilotada por el laureado Richard Sainct, quien perdió la vida disputando el Rally de los Faraones en 2004. Y fue la moto con la que Nani Roma se convirtió en el primer piloto español en ganar el Dakar sobre dos ruedas. ¡Qué buenos recuerdos!
Y tan simbólica moto fue reemplazada por la KTM 690 Rally, que tiene el honor de haber sido la última ganadora del Dakar africano con Cyril Despres a los mandos. Muy diferente a su antecesora, a su propulsor monocilíndrico sumaba un chasis multitubular y unas dimensiones compactas que facilitaban que fuese extraordinariamente manejable.
La cancelación del Dakar 2008 por amenazas terroristas obligó a la organización a buscar un nuevo emplazamiento. Finalmente, ASO se decantó por Latinoamérica, donde la KTM 690 Rally también demostró ser una moto imbatible. Y luego llegaría el gran dominio de la KTM 450 Rally. Pero, como se suele decir, esa es otra historia…
Soy un apasionado de las competiciones del motor y he trabajado y colaborado con algunos de los medios de comunicación más importantes de España, especializándome en este sector. Además, me interesan mucho los temas relacionados con la seguridad vial.
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