Hay tanto para conocer. Las famosas rías altas y bajas, sus empinadas carreteras interiores, la recta final del milenario Camino de Santiago, los cañones del río Sil, los escarpados acantilados de la Costa da Morte o los erosionados montes repletos de iglesias románicas conforman una serie de rutas en moto por Galicia que sin duda alguna te recomendamos.
Índice
Una de las ciudades más emblemáticas de España es Santiago de Compostela. Lugar de llegada de millones de peregrinos cada año, también ofrece alternativas estupendas para disfrutar de las rutas en moto en Galicia.
Con salida en Noia y bordeando su ría por la C-545, se llega al cabo de Corrubedo, situado junto a la playa de Ladeiro. En su faro, podrás disfrutar de la inmensidad del paisaje oceánico del Atlántico.
El camino continúa por la ría de Arosa hasta la desembocadura del río Ulla, donde la historia cuenta que llegaron los restos mortales del apóstol Santiago. Para alcanzar esta ciudad, los amantes de las curvas pueden escoger la carretera entre Forcaire y Lalín, una pista con buen asfalto, muy conocida en el mundo de las rutas en moto por Galicia.
Para hacerte con tu “compostelana motera”, tan solo te resta recorrer los kilómetros finales por la N-525 hasta llegar a la plaza del Obradoiro. Se trata de una ruta por los alrededores de Santiago, en la que transitarás por pistas forestales y carreteras junto al mar.
Con inicio en el Castillo de Sotomaior, esta ruta empieza en la N-552, que te lleva a la capital gallega de Pontevedra. En la ciudad de las Rías Baixas, podrás deleitarte paseando por su casco histórico, el más importante de Galicia tras el de Santiago.
Después de disfrutar de los encantos del majestuoso municipio pontevedrés, te esperan 35 kilómetros por la N-550 hasta Caldas de Rei. Un municipio muy conocido por sus aguas termales.
Una vez que te hayas relajado con estas beneficiosas aguas, la ruta prosigue durante 40 kilómetros por la N-640 hasta Estrada. Se trata de una carretera poco concurrida, en la que podrás disfrutar de una conducción tranquila y de un paisaje lleno de campos destinados a la ganadería.
Para reponer fuerzas, te recomendamos que saborees un buen chuletón, plato tradicional de la comarca de Tabeirós. Tras la comida, el camino sigue por la PO-204, una pista forestal que lleva al monasterio de Carboeiro, donde termina el camino. Es de las rutas en moto por Galicia que mejor resume los encantos de la región.
Se trata de una de las rutas en moto por Galicia más populares. Permite aprovechar toda la potencia de tu moto. Tiene como punto de partida la ciudad coruñesa de Ortigueira. Recorriendo la N-682 y ascendiendo el puerto de O Barqueiro, se arriba a la ciudad costera de Estaca de Bares, donde podrás visitar uno de los mayores tesoros arqueológicos de la zona, el dique fenicio.
La ruta con destino Cedeira continúa a través de la AC-862, una estrecha carretera pegada al mar que pasa por el faro del cabo Ortegal. En su recorrido, redominan cuestas con una pendiente que llega a alcanzar un desnivel del 17 por ciento. El trazado de la ruta bordea la costa da morte, donde se ubican los acantilados más altos de Europa.
A mitad de camino, en la partida marinera de Espasante puedes hacer un alto y disfrutar de algunos de los yantares más tradicionales de la gastronomía gallega, como el pulpo. Tras solventar los altos de la sierra A Capelada, puedes visitar el Santuario de Santo André de Teixido, ubicado en la AC-2204, antes de terminar la ruta en la conocida ciudad percebeira de Cedeira, conocida por su imponente faro.
Una de las rutas en moto por Galicia preferidas que se pueden completar en otoño-invierno es la de los cañones del río Sil. Recorriendo la C-536 desde el municipio de A Rua, se llega a los desfiladeros de este afluente del Miño. Atravesando la carretera, conocida como la Ribeira Sagrada, paralela al Sil, te recomendamos que visites los numerosos monasterios e iglesias románicas de la zona.
La ruta continúa entre los municipios de Teixeira y Cerrada, combinando bosques de castaños y plantaciones de viñedos en las tradicionales terrazas. Un trayecto que atraviesa la sinuosa carretera, que acompaña al Sil en su encuentro con el Miño. Una carretera de 60 kilómetros, repleta de miradores en los que merece la pena hacer una parada y disfrutar del característico paisaje gallego.
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