Sin ellos, no podemos salir. Los guantes de moto son una pieza clave en nuestro equipamiento en cualquier época del año, incluso en verano. Las bajas temperaturas del invierno nos exigen un modelo que nos permita soportar el frío y viajar cómodos en dos ruedas. ¿Cómo elegirlos? Aquí, te damos algunas ideas.
Ante todo, las manos deben ir bien resguardadas, sin obstaculizar la circulación sanguínea cuando vamos en moto. Hay que comprobar que existe espacio suficiente entre tus dedos y el interior. Este hueco, en realidad, actúa como una cámara de aire aislante frente a las inclemencias meteorológicas.
Las protecciones en las falanges resultan igual de recomendables. Por su parte, los nudillos se han de reforzar con estructuras rígidas, nunca acolchadas. También se aconseja que los guantes sean de material reflectante. Nos hacen visibles en invierno cuando se acortan las horas de luz.
Los cierres en la caña aseguran que nunca se salgan de tu mano, además de evitar que entre el agua. Se pueden reforzar aún más con cremallera o velcro en las muñecas. La fijación termina de fijarse si añades una submembrana por debajo de la manga de la chaqueta. De este modo, se conserva igualmente mejor la temperatura corporal.
En casos de caída, resulta conveniente disponer de protecciones en los laterales externos. Pueden ser tanto de carácter rígido como acolchado. Contar con una gamuza en el dedo índice sirve para limpiar, a su vez, el casco en caso de lluvia o nieve.
Para evitar deslizamientos, se puede insertar material especial en el área de la palma, con lo que el agarre se mantiene a pesar de los cambios temporales. Así, estaremos más seguros de poder controlar el manillar durante el camino y que no se nos resbale la mano.
Más sobre tus guantes de moto
Debemos plantearnos si el uso que les daremos será en la ciudad o en el campo. En la gama de guantes de moto urbanos, el material empleado se presenta ligero a la par que resistente, impermeable y transpirable. En cuanto a los forros términos, se adaptan perfectamente a la mano. En los días de lluvia, la licra aporta una gran elasticidad.
Para la alta montaña, el nailon y el neopreno se conjugan para ofrecer una completa impermeabilización, mientras que la piel y la silicona se reservan para las palmas de la mano. También, para el intenso frío, se incorpora la denominada “cordura”, un sintético que posee una alta resistencia a la abrasión.
Con temperaturas más suaves, especialmente en otoño, el tejido elástico constituye una muy buena opción. En combinación, con un relleno térmico de Thinsulate, la capacidad de aislamiento propicia la conservación del calor corporal. Los dedos precurvados son el mejor complemento de este tipo de guantes de moto.
Es importante que, en función de la temperatura y las características del terreno donde te desplazas habitualmente, elijas el modelo adecuado tus necesidades. Si te interesa saber más sobre el mundo del motor y las dos ruedas, te invitamos a unirte a la comunidad AMV Seguros 2.0.
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