Consejos de mantenimiento básico de una moto para rutas de verano

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Sin duda, las motos se disfrutan mucho más durante la época estival. Por ello, te ofrecemos unos consejos de mantenimiento de motos para el verano. Si quieres realizar tus rutas moteras con seguridad, ¡sigue leyendo!

hombre en cuclillas utilizando una llave inglesa para ajustar su moto

Ocuparnos de la puesta a punto de nuestra compañera de aventuras es básico para circular con seguridad. Sobre todo, los expertos recomiendan revisar las diferentes partes de una moto antes del invierno y de la época estival. En esta ocasión, vamos a ocuparnos del mantenimiento de motos para el verano.

Si ya estás planificando tus rutas moteras, este post te interesa. Además, si vas a devorar kilómetros no olvides contratar un seguro de moto que incluya servicio de grúa. Una póliza con cobertura de Asistencia en Viaje:

  • Te presta ayuda en caso de no poder continuar tu ruta en moto por avería, accidente o cualquier otro imprevisto.
  • Cubre los riesgos asociados al vehículo: reparación in situ, rescate, traslado…
  • Y también los asociados a los pasajeros de la moto. Entre ellos, los gastos del hotel o el transporte al domicilio.

Consejos para la revisión de tu moto

Algunas operaciones de mantenimiento podrás hacerlas tú mismo. Como, por ejemplo, revisar la presión de los neumáticos o comprobar que todos los grupos ópticos funcionan correctamente. Pero el resto, salvo que seas un manitas, deberás delegarlo en los profesionales de un servicio oficial posventa o un taller de confianza.

Neumáticos: único contacto entre la moto y el asfalto

primer plano de las manos de un hombre midiendo la presión de los neumáticos de la rueda delantera de una moto

En el mantenimiento de motos para el verano hay que prestar especial atención al denominado triángulo de la seguridad activa. Desde la Dirección General de Tráfico (DGT) explican que el mismo está conformado por neumáticos, frenos y suspensiones.

En el caso de los primeros, son el único punto de contacto entre el vehículo y el asfalto. De ahí que sea tan importante vigilar su estado y presión. Para ello, es primordial que pongas en práctica estos consejos:

  • Comprueba que la profundidad de las ranuras de la banda de rodadura no es inferior a 1,6 mm. En el mercado es posible adquirir medidores de profundidad por poco dinero. Y también puedes colocar un euro en posición vertical sobre la banda de rodadura: si el borde dorado de la moneda queda al descubierto, tendrás que sustituir el neumático.
  • De igual manera, aprovecha para inspeccionar visualmente las cubiertas. ¿Presentan cortes, grietas o deformaciones? Si es así, no se encuentran en buen estado.
  • Y no menos importante: antes de una ruta controla la presión de inflado –mejor con el neumático frío– siguiendo las instrucciones del fabricante y en función del peso que vayas a transportar. ¿Sabías que los accesorios de carga influyen en la conducción de una moto?

Recuerda: es muy peligroso circular con unos neumáticos en mal estado. Además, el Reglamento General de Vehículos establece que conducir en esas condiciones se considera una infracción grave que conlleva una sanción económica. ¡No te la juegues!

Frenos: la revisión de sus componentes, primordial

mecánico sosteniendo en la mano las pastillas de freno de una moto

Continuando con el triángulo de la seguridad activa, del buen estado del equipo de frenos dependerá que nuestra moto se detenga con mayor o menor eficacia. En un centro especializado, un mecánico revisará sus diferentes componentes: latiguillos, pinzas, pistones, manetas, palanca, pastillas o zapatas, discos o tambores y líquido.

Aunque un profesional determinará cuándo es necesario reemplazar alguna pieza, desde la DGT recomiendan:

  • Sustituir las pastillas de freno cada 15.000 o 20.000 kilómetros.
  • Cambiar el líquido de frenos una vez al año o cada dos años en función de la especificación (DOT 5.1 o DOT 4).

Suspensiones: esenciales en el comportamiento seguro de la moto

Para concluir con el denominado triángulo de la seguridad activa, en el mantenimiento de motos para el verano no puede faltar una completa y minuciosa revisión de la horquilla y los amortiguadores. Algo lógico teniendo en cuenta que unas suspensiones defectuosas influyen negativamente en el comportamiento de la moto.

Como comprobación de rutina, observa si los tubos de la horquilla tienen un aspecto aceitoso. Este es uno de los defectos más habituales en la ITV de las motos. Si la suspensión delantera presenta una pérdida de aceite, las juntas han de repararse o reemplazarse cuanto antes.

En lo relativo al mantenimiento de las suspensiones de una moto, la DGT señala lo siguiente:

  • El aceite de la horquilla tiene que reemplazarse cada dos años.
  • Y los amortiguadores traseros han de sustituirse cada 70.000 kilómetros.

Por cierto: si vas a realizar la ruta con acompañante y accesorios de carga, coméntalo en el servicio oficial posventa o el taller. Sus profesionales decidirán si es necesario hacer algún ajuste en las suspensiones.

Transmisión por cadena: engrase y tensado, fundamentales

primer plano de la transmisión de una moto

Como hemos visto en el post dedicado a los tipos de transmisiones de moto, la transmisión por cadena requiere un mantenimiento periódico. No hacerlo puede dar lugar a una avería o un accidente. Para evitarlo:

  • La cadena debe engrasarse cada 500 kilómetros.
  • Y el tensado hay que comprobarlo cada 1.000 kilómetros.

Líquidos: el motor, bien lubricado y refrigerado en verano

botella de aceite de motor echando aceite

Si no quieres que tu compañera de aventuras desfallezca en tus rutas moteras, en el mantenimiento de motos para el verano no descuides el aceite ni el líquido refrigerante.

El primero lubrica los componentes del motor y contribuye a descargar el calor que producen tanto el propulsor como el embrague. Y el segundo se encarga de proteger la mecánica en situaciones de temperaturas extremas. Por ello:

  • Comprueba el nivel del aceite y del refrigerante, al menos, una vez al mes.
  • Cambia el lubricante cuando hayas recorrido entre 7.000 y 12.000 kilómetros.

Si tuvieses que reponer líquidos, hazlo siempre con productos similares. Y si detectas un consumo de aceite o lubricante mayor de lo normal, comunícaselo a tu mecánico de confianza.

Filtros: garantía del buen funcionamiento del propulsor

Y del buen funcionamiento del motor también se ocupan los filtros. El filtro de aceite garantiza un óptimo flujo del lubricante. Y el filtro de aire se ocupa de evitar que las partículas en suspensión lleguen al propulsor y lo deterioren. Como norma general:

  • El filtro de aceite se sustituye, una vez sí y otra no, cuando se cambia el lubricante del motor.
  • Y el filtro de aire suele reemplazarse cada 30.000 kilómetros.

Batería: ¡revísala para no tener que llamar a la grúa!

Aunque suele pensarse que una batería solo da problemas en invierno, lo cierto es que puede dejarnos tirados en cualquier momento por falta de mantenimiento o uso. O por antigüedad. De hecho, se aconseja cambiar la batería de la moto cada dos o tres años.

Revisar el nivel del electrolito –en los modelos con mantenimiento–, limpiar los bornes y, en caso necesario, recargarla te ayudará a no tener problemas con la batería durante tu ruta en moto.

Grupos ópticos, claxon e instrumentación: ¿está todo en orden?

moto deportiva circulando veloz por una carretera

Y en el mantenimiento de motos para el verano no debe faltar un repaso a los grupos ópticos para disfrutar de una buena visibilidad, señalizar tus maniobras y no deslumbrar a otros usuarios de la vía. Finalmente, comprueba que funciona el claxon y los principales testigos de la instrumentación.

Por último, no olvides tu carnet de moto o carnet de coche B –si estás autorizado a conducir motos con dicho permiso–. Y aunque no sea obligatorio, te aconsejamos llevar la póliza y el recibo del seguro junto a los papeles de la moto. ¡Buenas curvas!

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